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martes, 20 de enero de 2009

Correr fondo (o como empezó todo)


MI PRIMERA CARRERA, MI PRIMER MARATÓN

Buenas soy nuevo en esto y me he metido en ello siguiendo las peripecias de "mis primos" Dani y Ana y su flog "ZAPATILLAS CON VELCRO".
My Flog es canalillogarden (ya os explicare algún día el porqué del nombrecito), soy corredor popular, pero vamos de los de popular popular de verdad, eso sí llevo un montón de años corriendo, y claro con el tiempo, carreras populares y experiencias, tiene uno ya más batallitas que el abuelo Cebolletas.
Como inicio os mando un escrito que he mandado a MAPOMA con la historia de mi primer Maratón, la verdad no se si me enrollo mucho o poco, pero os puedo decir que es la pura realidad, por supuesto estoy abierto a cualquier comentario que se quiera hacer al respecto, faltaría mas.
Bueno el escrito se llama MI PRIMER MARATÓN, ahí va:


MI PRIMER MARATÓN

Llevo varios años dándole vueltas a la idea de mandar un articulo a vuestra revista para contar los sentimientos e ideas que me vienen a la cabeza por estas fechas en vísperas del correspondiente Maratón anual de MAPOMA en Madrid, y siempre y por diversas razones termino desechando el poder hacerlo.

La verdad al leer muchos de los artículos que vienen en la revista que nos entregáis (los leo todos, todos los años), me emociono con muchos pues me siento tan identificado con ellos que siempre pienso...... la verdad es que mi historia es una mas de las que vienen reflejadas aquí.

Pero claro dándole vueltas a la idea también siempre llego a la misma conclusión, si si, pero mi historia es la mía y la de mi vida en este maravilloso mundo de locos en el que estamos metidos cada día mas gente, y todos tenemos algo que contar diferente y particular, aunque todas se parezcan.

Todo empezó el ultimo domingo del mes de Abril de 1983, salía de casa muy temprano, solo, en la cama había dejado durmiendo a Loli (mi mujer), la di un beso de despedida como el que se va a la guerra, pues ese día se despiertan todos los sentimientos, temor, respeto y en mi caso miedo, mucho miedo para que negarlo, miedo a lo desconocido, y dudas, muchas dudas, después de ir en contra de todos los míos que con todo su cariño no habían hecho las 2 ultimas semanas otra cosa que tratar de quitarme de la cabeza la idea de correr una maratón como primera carrera en mi vida y además con solo dos semanas de entreno, para que negarlo y tomar nota todos los que empecéis ahora en esto “UNA AUTENTICA LOCURA”.

Todavía me acordaba del delegado de deportes de un club de Palencia que el día que fuimos a recoger los dorsales esperando en la fila y departiendo entre todos nuestro estado de forma, expectativas, experiencia, entreno y demás, al contarles mi idea de correr sin ninguna referencia de tiempos ni de distancias recorridas (salía a correr y cuando me cansaba me volvía a casa), ni material deportivo adecuado, que zapatillas vas a llevar me preguntaron, unas prestadas de mi amigo Alberto que por cierto me están grandes, bueno pues como os decía, este hombre de Palencia con toda su buena intención al oírme me puso la mano encima del hombro, me miro seriamente a la cara y me pregunto de forma preocupante........Oye muchacho tu sabes lo que es el Muro?, el muro le respondí?, perdone pero como no sea el de Berlín no conozco ninguno mas, pues mira el muro es la sensación que te entra en el cuerpo al llegar al Km 30, si es que llegas, por favor no hagas tonterías, y si te decides a correrla en cuanto te canses déjalo y márchate a casa, ya pero mire, le respondí, yo juego al fútbol en regional y juego los domingos aparte de entrenar una vez a la semana, ante mi respuesta solo miró al resto de las personas del grupo que estaban escuchando y con tono de lamento comentó, peloteros, pero que se habrán creído estos que es correr un maratón.

Y llego el día de la carrera, con una bolsa de plástico vacía en la mano como recipiente de la ropa a dejar en los vestuarios, y la obsesión permanente de saber y encontrar lo que era el “CONTROL DE SALIDA” dándole vueltas a mi cabeza desde que me dieron en la recogida de dorsales (no existía la feria del corredor, por lo menos que yo recuerde) toda la documentación y dorsal para la carrera.

Con estas cojo el Metro y me bajo en Retiro, primera sensación, más miedo y mucho respeto al ver el ambiente previo a la carrera, la gente hablando por corrillos, grupos, amigos, familia, y ya algunos trotando por el paseo de coches para calentar, ufffffff, con toda mi humildad empiezo a preguntar donde están los vestuarios para dejar la ropa (en mi bolsa de plástico), y donde estaba (o que era), el dichoso control de salida; después de pertrecharme con mi original indumentaria, zapatillas prestadas un poco grandes, pantalón de fútbol, algo largo que después con el roce en los muslos me dejó una marca para unos cuantos días, y eso sí, camiseta de tirantes como los buenos, pero también prestada, y el dorsal cosido con aguja e hilo por Loli mi mujer, pues lo de los imperdibles lo aprendí luego, con estas pintas me dirijo a las salidas habilitadas por dorsales desde el Retiro a Menéndez Pelayo, y allí por fin veo el CONTROL DE SALIDA; una muchacha con un sello con tinta estampando en el pecho dentro del dorsal a todos los corredores, evidente para saber (si llegas a meta), que has pasado por la salida, lo de los chips en aquella época ciencia infusa.

Accedo a la zona de salida, por supuesto en los últimos lugares dada mi categoría, referencia de tiempo y experiencia, mis rudimentarios cálculos, es decir por la cuenta de la vieja, eran de unos 10 Km. a la hora, al haber corrido como mucho 2 horas y 45 minutos, pensé que podría llegar al km. 30, y después a sufrir y encomendarme a la suerte y a mi mismo ante lo incierto a partir de ese punto.

Se da la salida para coger todo Menéndez Pelayo y al llegar al cruce con Príncipe de Vergara girar a la derecha por Alcalá hasta Manuel Becerra, en estas se me acerca otro corredor algo mas mayor que yo, con un cuerpo de más envergadura, gorrita, trote tan lento como el mío y me pregunta con acento andaluz?, oye muchacho tu cuanto piensas hacer?, voy a intentar llegar con vida le respondí, y eso, me dice con tono preocupante?, pues que es mi primera carrera, no vengo muy bien preparado (por decir algo), y no se como voy a acabar, vale, me responde esta persona, pues si no te importa la podemos hacer juntos, es mi primera carrera también, he venido desde la Línea (Cádiz), con un amigo que como piensa hacer marca me ha dejado aquí tirado, y repito, si no te importa podemos ir juntos, tengo que decir una cosa en este punto, esta persona es la que al final fue mi ángel de la guarda y mi talismán, durante los siguientes kilómetros, como el ritmo no era muy exigente podíamos ir charlando y conociéndonos, me contó que era profesor de educación física en una escuela y que por una apuesta con unos amigos un año y medio antes se había comprometido a correr una maratón pues en ese tiempo pesaba cerca de 120 Kilos y ante los continuos comentarios jocosos sobre su estado físico y su actividad profesional por parte de sus amigos se había embaucado en este reto/apuesta.

Me comentó, que había hecho durante el último año todos los kilómetros del mundo entrenando, en su tono andaluz jocoso me preguntó, tu conoces la carretera que va desde la Línea a Algeciras?, pues he pasado por allí alguna vez pero vamos tampoco me he fijado mucho, pues mira en el arcen de esa carretera hay un surco, ese surco lo he hecho yo de tanto pasar por allí entrenando, tu pégate a mi que marca no vamos a hacer pero llegar yo por lo menos llego, en 4 horas que es lo que mas o menos pienso que voy a tardar, de ahí mi comentario antes de tabla de salvación en este personaje al ser una referencia de ritmo constante durante casi toda la carrera.

Y así fueron pasando los kilómetros, el 10, el 20, pasar por la ciudad universitaria hacia la media maratón mas o menos, que esta cerca de mi barrio y ver a mis padres fue un aliciente extra para motivarme más si cabe, llegamos a la casa de campo cerca del 30 y aun con las piernas algo cargadas ya, me veía bien y con ganas con mi compañero al lado pero, al llegar al kilómetro 35 pasada la casa de campo, mas o menos en ese avituallamiento al ir a coger agua, no se que ocurrió pero perdí a mi talismán, paré unos segundos para ver si lo encontraba con la mirada pero fue inútil.

Y allí estaba yo, solo, con unas sensaciones ya de cansancio nuevas en mi mente y en mi cuerpo por supuesto nunca antes sentidas, y a partir de ese momento el coco tuvo que empezar a funcionar de otra forma, es decir, yo y mis circunstancias, ya no tenía referencia de ritmo y estaba en el 35 con todo lo que eso conlleva (me imagino que sabréis a lo que me refiero), empecé a correr de nuevo y ya la cuenta no era lo que llevaba si no lo que me quedaba, solo unos 7 kilómetros, uffffffff pero que 7 kilómetros, Díos mío.

Miro hacia delante y me espera la subida de Pirámides, pero que hace esta cuesta aquí?, bajo la cabeza y empiezo el calvario, de pronto me llaman y veo a mi mujer, con mi hermana y mis padres, venga que tal vas?, bien bien (para que decirles otra cosa a los pobres), pero fue un aliciente que me ayudo y mucho a llegar hasta Atocha, que no se como será el Tourmalet en el Tour, pero en ese momento ese tramo para mi fue lo mas parecido, venga venga, me decía a mi mismo, sentía las piernas muy cargadas y al llegar a Colon, veo un puesto sanitario, con una chica Reflex en mano, paro y la digo, por favor dame un poco en los gemelos que los llevo duros como una piedra, la muchacha amablemente me roció de spray, cual es mi sensación cuando voy a empezar a correr otra vez y me veo bloqueado, no podía ni mover las piernas, tuvieron que empujarme como a un coche viejo para arrancar y encauzar Goya hacia arriba hasta Príncipe de Vergara, según me iba acercando me llegaba la música del Aleluya ya famosa en el balcón, mas aliciente para llegar, la gente que no para de animar, venga que ya está, un poco más, y por fin entro en el paseo de coches del Retiro, milagro, se me pasan todos los males, como una droga, lo que hace el coco, y veo a mis padres, mi hermana y mi mujer de nuevo en la recta de meta, para que negarlo, se me saltaban las lagrimas de la emoción y la sensación al entrar en la meta, ni el gol más bonito que hubiera podido meter en 11 años en regional era comparable a ese momento, es algo que muchos de vosotros habréis experimentado y es una sensación inigualable, luego vendrán mas maratones, pero como la sensación de entrar en Meta la primera ninguna por lo menos para mi, fueron al final 4 horas y 4 minutos, y tengo que decir que desgraciadamente al final nunca he podido encontrar a mi colega de la Línea y que conste que lo he intentado para darle las gracias por su incalculable ayuda.

Pues bien, esa fue la primera tengo 51 años ya y llevo 27 maratones en mis piernas, casi todas en Madrid e innumerables medias maratones, más todo tipo de carreras populares con diferentes distancias, he sido siempre un corredor popular y mis marcas no han llegado a ser importantes, lo máximo en Madrid 3 horas 2 minutos, pero es igual, afortunadamente tengo salud para seguir corriendo y lo mas importante, ganas de seguir saliendo a correr.
Tengo que decir desde estas líneas que hay mucho de agradecimiento de tantos años corriendo a mi mujer Loli, que aunque proteste algunas veces por tantas carreras siempre ha estado ahí, cuidándome y soportándome, siempre me dice, nunca me has dedicado ninguna carrera, porque alguna vez en circunstancias especiales he dado la medalla a algún amigo o a mis padres, tengo que decir que todas de alguna manera van dedicadas a ella, pues sin su persona a mi lado no habría sido posible llenar la casa de tantos archiperres de medallas y pequeños trofeos de recuerdo de tantas y tantas carreras populares.

Las fotos por toda la casa finalizando MAPOMA’S, solo y con el paso de los años con mis hijos de la mano cruzando la meta y con el mayor, que para motivo de orgullo estos últimos años me acompaña desde el Km. 30 hasta la meta, son el recuerdo constante de esta historia que empezó una mañana de un último domingo de Abril hace ya 26 años.

Nota.
Guardo en un álbum todas las fotos finalizando mis maratones con su correspondiente certificado.