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viernes, 15 de enero de 2010

HAY QUE ESCUCHAR AL CUERPO


MARATON ZARAGOZA 97 EN EL KM. 35 APROX. 3:20
Como he comentado en alguna ocasión anterior, en este blog quiero reflejar algunas historias o circunstancias que me han ocurrido a lo largo de todos mis años corriendo.
Más que nada no para que alguien las copie, si no para que (sobre todo en este caso que voy a contar) tome buena nota de ello y no lo haga, por ser muy mal ejemplo.
Bueno pues esta es la historia para el que la quiera leer.
Corría el año 1989 (joder donde se va este diréis), llevaba tres años ya dedicado enteramente como hobby al correr, mi progresión había sido muy buena desde el principio, con lo que estaba muy ilusionado, después del primer maratón de tanteo/locura en 1984 (ya contado en mi primer post) y 4:04 de tiempo final, tuve un año y medio para desengancharme del todo del fútbol.
Y corrí mi segundo maratón en 1987 con mi entrañable amigo Alberto de compañía, 3:35 de tiempo final, bueno no está mal con todo un invierno anterior preparándome y haciendo las típicas carreras populares en Madrid, esto marcha, ya metido de lleno en esto del correr atacamos el año siguiente 1988, repitiendo temporada de carreras populares y haciendo largos (muchos) los domingos; mi amigo Alberto compañero de correrias en aquella época 15 días antes de la maratón de ese año se lesiono, con lo que tuve que hacerla solo, estaba bien preparado y sabía que iba a hacer mejora de marca, así fue, hice 3:12 con muy buenas sensaciones y terminando con una mejora sustancial respecto al año anterior.
Y aquí llego el momento del “conclave” interno conmigo mismo, y después de pensármelo (poco la verdad sea dicha), me dije ha llegado el momento Rafa, este es el año para intentar atacar las tres horas en MAPOMA 89.
Y así me lo plantee, vivía en Madrid por aquel entonces y trabajaba en Alcobendas Polígono Industrial, y me dije, coño porque no medir la distancia y hacer el entreno entre semana desde casa al trabajo????, y los fines de semana para los largos.
Medí la distancia y aunque parezca mucho no es tanto para un corredor de fondo solo había 13.300 Km., que la verdad era una distancia asequible y entonces desde la Plaza de castilla hasta Alcobendas por la Avda. de Burgos no había problemas para rodar por los arcenes (poco tramo y muy amplios) y el margen de campo al lado de la carretera con la luz de la misma y sin tanto coche ni muchísimo menos (hace 20 años claro).
Planificación, pues 4 días a la semana corriendo desde casa por las mañanas hasta Alcobendas, macuto con la ropa al hombro, ducha al llegar y a trabajar, sábados rodaje muy suave sin forzar con los amigos por la dehesa de la Villa entre 15/16 Km., domingo tirada larga, desde casa más o menos la Dehesa de la Villa, hasta Mingorrubio en el Pardo por el Arcén de la carretera (entonces se podía, ahora de suicidio), que salían unos 28 escasos con la parte final de subida por la cuesta de la Dehesa de la Villa, más un día de descanso (lunes), total estamos hablando de 100 km. más o menos a la semana, no hacía series pero si farklet entre semana cuando iba al trabajo, y la mejora fue muy sustancial bajando tiempos en “minutos” desde que empecé desde casa al trabajo.
Y claro ante todo esto las mejoras empezaron a llegar en tiempos muy buenos para mi, los 10.000 tipo Akiles o la San Silvestre empecé a bajar de 40 minutos, pues podía en esas distancias ir a menos de 4’, las mejoras los domingos en la casa de campo a buen ritmo y en grupo fueron sustanciales, la tapia la llegamos a hacerla en 1:05 en un recorrido un poco más largo aún que el de la kedada del sábado pasado con la gente “bloguera”, con lo dura que es en grupo y tirando gente de mayor calidad eso si eh?.
Mi mejor carrera fue en la media de Coslada supe colocarme de tras de un grupo de gente muy buena y sufriendo como un perro desde el Km. 13 hice al final 1:21:02, tatuado en la planta de los pies lo llevo jeje.
Fuencarral con sus cuestas 1:25, perfecto, subidón de moral en cada carrera, y llegaron los 20 Km. de Madrid, por aquel entonces no lo hacia Nike, lo hacia Adidas y eran 20 Km.
Corría en el grupo de mi amigo Alberto y Jose Miguel (el Pibe le llamamos), yo siempre había rodado mejor que ellos en los últimos kilómetros de las pruebas, pero aquel año me costó seguir a Pibe para llegar un poco detrás de el y marcar 1:20 justos, me dije……..
Hummmm Rafa, estas bajando forma, tienes que incrementar entreno, yo ya por otra parte sentía cansancio por las mañanas al levantarme, pero no me quería dar cuenta o no quería verlo, total, queda poco para MAPOMA pocas semanas y para lo que queda hecho el resto.
Y llego el 30 de Abril de 1.989 mi 4ª MAPOMA era el día había que atacar las 3 horas, Alberto se había lesionado este año también un mes antes por lo que salimos Pibe y yo a la par para el empeño.
Nos colocamos bien y salimos a ritmo, no tomábamos mucho el tiempo por kilómetro había que ir a menos de 4:20 de media, antes de llegar a la plaza de castilla ya habíamos pasado el globo de las 3 horas, Bravo Murillo hacia abajo zona a favor, sin problemas y recortando tiempos, al llegar a la Puerta del Sol zona emblemática uno que viva esto sentirá que el momento cuanto menos es emocionante, pasé dos o tres puntos de avituallamiento sin beber nada, crasísimo error también, cosa que no dí importancia al no tener sed (en aquellos momentos claro), los síntomas eran muy buenos y me veía con fuerza, el Pibe a mi lado y con tantos kilómetros juntos de entreno el ir a la par no era nada difícil.
Llegamos a la Casa de campo y como he comentado en alguna ocasión es zona muy buena para entrenar pero el día del maratón es como un punto de inflexión hay que salir de allí cuanto antes para atacar la última parte de la carrera, como un kilómetro antes de salir (ya pasado el Km. 30) siento una pequeña flojera en las piernas que dura segundos pero me recupero y sin decir nada sigo al mismo ritmo, saliendo ya de la Casa de campo por la puerta principal nos encaminamos a la famosa “Tasca Restaurante” “Casa Mingo” en el Paseo de la Florida, para girar hasta Pio XII, recta de un Kilómetro más o menos.
De pronto me sobreviene una “flojera” y falta de fuerza en las piernas, pienso que es como antes de salir de la Casa de Campo, intento seguir y siento como mi cuerpo no responde, como un juguete que se le empiezan a gastar las pilas, como cualquier aparato que le cortan de golpe la energía y sigue funcionando unos segundos pero solo por la inercia del impulso constante de energía que tenía hasta hace unos segundos.
Todo se me viene abajo, como un castillo de naipes, que desilusión más grande, se desde ese momento que todo se ha acabado, no hay nada que hacer, doy una palmada en el culo amistosa a Pibe y le digo, sigue tu solo, hazlo por los dos venga con dos cojones, me mira sorprendido y me dice que no me deja, que bajamos unos kilómetros hasta que me recupere y seguimos, no me recupero Pibe, no hay más, por favor sigue por los dos e inténtalo tu, por la cara que me ve sabe que hablo totalmente en serio, me abraza nos miramos y se va, es el Km. 34, mi crono marca 2:21, íbamos un poco justos pero a 4:30 (que era lo planificado) lo habríamos logrado.
Bajo de golpe el ritmo, más que de golpe bruscamente y en vez de correr ya me arrastraba, empiezan a pasarme corredores, muchos corredores, los miraba con cara de moribundo y aunque la gente que me pasaba me animaba (que gente la que corre, los mejores deportistas, los de mejor corazón y más solidarios), no podía, seguía medio moribundo pero seguía, muy despacio.
Y empiezan las sensaciones raras, tengo hambre, y sed mucha sed, hace bastante calor cosa que no he comentado hasta ahora, llego a la zona de Pirámides y hay que subir la cuesta hasta Embajadores, no puedo poner nada de ese tramo porque no me acuerdo de nada, solo recuerdo que girando antes de llegar a Embajadores veo una mujer con una botella de agua, me acerco y la pido agua por favor, me mira con una cara de desangelada y me dice con toda su pena, es que no es mucho agua y es para mi marido que viene por detrás, perdóname, aguanta un poco que en medio kilómetro hay un puesto de avituallamiento, tranquila la digo, a la mujer la he dejado una cara peor que la mía y con remordimiento de conciencia.
Llego por fin a Embajadores me paro y pido una botella, me la bebo de un trago, vamos casi me la como, pido otra, igual cae, pido una tercera y me dice un muchacho del Samur que está en el puesto viéndolo todo, como te bebas la tercera de un trago te quito el dorsal, estas completamente deshidratado, para algo y recupera y vete andando, pero deberías de dejarlo, le digo que estoy bien, que tranquilo (mentira, jodia mentira), cojo otra botella en la mano y empiezo a andar de nuevo al poco tramo saco fuerzas de donde no las tengo y empiezo a correr de nuevo, despacio pero algo mejor, el agua da vida está claro, sigue pasando gente llego a Atocha, giro a la Izquierda, Paseo del Prado, Neptuno, Cibeles, que inmensamente largo es esto coño, veo las fuentes a lo lejos y nunca llego, al pasar Cibeles recuerdo que pegaba el Sol de lo lindo, joder que calor, recuerdo una sensación extrañísima, me apetecía cantidad comer galletas Maria Fontaneda, lo que hace el coco en situaciones límite, me venia a la mente exactamente el sabor de esas galletas, inexplicable, las desayunaba de pequeño antes de ir al Cole……
Llego a Colon y en el puesto de avituallamiento bebo más agua y me rocían las piernas con Reflex .
Doblo por Goya hasta Príncipe de Vergara, y a los pocos metros tirón en la pierna Izquierda que dolor Díos, me paro la gente enseguida me ayuda a hacer estiramientos, alguien sale con más Reflex y me rocían con otra tanda, sigo como puedo, se me suben los gemelos, horrible, al llegar a la esquina de Goya donde se dobla para la derecha y entrar en el Retiro con el sonido en el balcón de todos los años del Aleluya, ya no se si estoy en el cielo porque vengo del infierno o lo sueño, entro en Retiro e intento sacar fuerzas de donde ya no las tengo desde hace mucho para que la familia que está esperando no se preocupe al verme, los veo en la última curva, me animan pero ni miro voy destrozado, veo al fondo el reloj y la meta, el Pibe esperándome, entro por fin y marco 3:17:21, lamentablemente Pibe tampoco ha podido bajar de 3 horas marcó 3:01, le pido perdón llorando como un niño, ha sido por mi culpa el no haberlo conseguido, te he fallado, me anima y me dice que deje de decir tonterías, que hay más maratones y más años para intentarlo.
Me repongo como puedo, bebo y voy en busca de la familia, estoy hundido, física y anímicamente, y no es solo por fallar ese día, me vienen a la memoria de golpe tantas y tantas mañanas madrugando, con el macuto al hombro subiendo la cuesta de los dominicos, con un frío de pelotas porque el invierno aquel fue duro de narices, lloviendo, granizando, a -7º bajo cero algunos días, y todo eso para fallar el día D., vino a mi encuentro mi amigo Alberto que no la había corrido por estar lesionado y me abrace a el llorando desconsoladamente, el sabía del esfuerzo muchos domingos y fines de semana conjuntamente que habían sido estériles, me tiré todo el verano sin coger las zapatillas, pero de todo se repone uno eh?.
MORALEJA:
Lo he puesto muchas veces aquí, en los comentarios de los blogs, hay que escuchar al cuerpo, hay que asimilar el entreno, yo no supe hacerlo, no escuché a mi cuerpo que me pedía a gritos descanso y no le hice caso, en la prueba de los 20 Km en Madrid semanas antes me dio un aviso, y no solo no le hice caso, le castigue, y claro el me castigo a mi con toda la razón del mundo.
Como ya he dicho de todo se repone uno, fue la cuarta, han caído 24 más y excepto en Toral de los Vados unos años después por motivos que ya he contado en un post en este blog, el resto han sido todas satisfactorias desde el punto de vista de hacer más o menos lo que pensaba hacer cuando las empecé, ningún desengaño más.
Bueno si alguien ha llegado hasta aquí, perdón de nuevo por ello ya se que me lío en estas cosas, otra historia (verdadera eh?) del abuelo Cebolletas.





PARA QUE NO QUEDE MAL SABOR DE BOCA DE ESTE POST, LA FOTO DE ARRIBA ES EN MAPOMA 98 EN EL KM. 30 CON MI AMIGO MARTÍN, HICE 3:02, MI MEJOR MARCA

14 comentarios:

  1. bueno...tienes razon, una bonita historia, y una muestra de que con errores tambien se aprende, y de echo podemos aprender los que la leemos...gracias Rafa por esa ilustración..

    Nos vemos.

    Un abrazo,.

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  2. Preciosa historia, que me pienso releer varias veces antes de Mapoma. Lo de las galletas fontaneda no sé que decirte...

    un abrazo, rafa. ¿Estás ya mejor del talón?

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  3. Exactamente lo mismo me sucedió en la maratón de Bilbao del año pasado y por la misma razón, por no haber hecho caso a los mensajes que mi cuerpo me estaba mandando constantemente durante la seman anterior a la prueba; a veces nos creemos más papistas que el papa, más fuertes de lo que realmente somos y mejor preparados de lo que estamos en realidad; menos mal que con el paso de los años vamos aprendiendo y eludiendo esa clase de errores; te saludo, filósofo.

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  4. Muy buena historia.
    La maratón de Madrid es dura y en el paseo de la florida no te perdona si has cometido errores.
    Pero incluso estas cosas se recuerdan con cariño.

    Un abrazo

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  5. Rafa, gracias por contar tú experiencia, con ello has transmitido la cara amarga que te puede dar el maratón si las cosas no se hacen bien.
    Mi segundo maratón me recuerda mucho al tuyo y casi por los mismos motivos.

    Un abrazo, y gracias de nuevo.

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  6. Gracias por esta magnífica lección, tocayo. Me identifico con muchos aspectos de lo que cuentas. Y tal y como voy no me extrañaría caer en el mismo error. Releeré muchas veces esta entrada a ver si se me grava...

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  7. Joer, Rafa, me ha encantado la historia, de verdad, no te imaginas lo que podemos llegar a aprender de estas cosas, los que debutamos en la distancia... Muchísimas gracias, de veras.

    Un fuerte abrazo, amigo, y cuenta más cosas así!!!! ;)

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  8. Rafa! vaya historia!! gracias por compartirla con nosotros los mortales!! créeme que me has hecho reflexionar y es que muchas veces somos cabezotas y hasta que suceden estas cosas es que entendemos otras! Causa y efecto!
    Lo mejor y más bonito de todo es que han caído 24 más! eres una máquina!
    bss
    Tania

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  9. Genial. Un diez.
    Muy emotivo y aleccionador.
    ¿Galletas Fontaneda? Gracioso...

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  10. Rafa, genial tu historia. Menuda experiencia...
    Slds

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  11. Bueno,no suelo responder en mi blog a los comentarios, pero leyedo los vuestros me veo obligado a poner unas letras.
    Queda claro que esta historia es un ejemplo claro de lo que NO HAY QUE HACER.
    Muchas gracias por los Halagos a la crónica pero vereís es una simple historia de un corredor popular que cayó en errores que le pueden ocurrir a cualquiera (cosa que no deseo).
    Ya iré desgrando más historias en el blog, 26 años corriendo dan para mucho, bueno y malo.
    Jan, desgraciadamente he intentado salir hoy despues de una semana de reposo y me molesta el talón izquierdo, la semana próxima iré al fisio a ver que pasa en la pata.
    Saludos a todos y gracias de nuevo.
    Rafa

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  12. Hola Rafa bonita historia real,pero nosotros somos lomúnicos capaces de cometer el mismo erro dos veces o más en esta bonita afición que compartimos,un abrazo kiko.

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  13. Hola Rafa, muchas gracias por compartir esta bonita historia con todos. Lo que se aprende leyendo entradas como la tuya.

    Espero que te mejores del talón y un saludo.

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  14. ¿Y luego has corrido todas esas? gracias por compartir la experiencia, espero saber oir a mi cuerpo cuando toque.

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