IN MEMORIAM

Estoy mirando la foto de cabecera de mi blog y de repente se me han venido de golpe un montón de recuerdos.
Un montón de recuerdos viendo mi cara, (no es que sea uno muy guapo precisamente), es la expresión de la misma, si, si, iba llorando, llorando de la mano de mis sobrinos y de mis hijos, todos de la mano, con la familia esperando en el Retiro como todos los años.
Estábamos todos………………..menos uno, mi padre, nos había dejado dos meses antes, y yo en mi forma de pensar y entender este mundo loco que nos ha tocado vivir, quise dedicarle la carrera, era la enésima maratón que corría (como casi todos los años si no hay lesión de por medio), quise dedicársela porque en vida nunca pude, pues tenia la esperanza de darle la medalla de una maratón en menos de 3 horas, cosa que nunca he logrado y a la que he renunciado por diversos motivos de forma definitiva.
Y mira que uno ha estado cerca, 3:02, 3:05, 3:09,……………, pero está claro el que vale, vale, y uno vale lo que ha podido, cuando ha podido, lastima porque se que ya no va a poder ser, y no por la marca si no por la ilusión de habérsela dado (la medalla) en persona, cosa que me hubiese llenado de gozo y satisfacción.
Desde que uno era un adolescente siguiéndonos a mi hermano y a un servidor por los campos de futbol perdidos de regional todos los domingos.
Luego te cansas de que te den patadas por los pueblos y barrios alejados de donde vives y dejas el futbol y decides empezar a correr, y allí le tienes en la meta, esperando con mi madre, tantas y tantas carreras, la media de Fuencarral, en el campo del Rayo en la meta de la San silvestre, Canillejas, media de Coslada, etc etc…… y en abril al Retiro, como todos los años, pasando antes por la ciudad universitaria para animar al paso por la media, como vas?, venga que ya está, otra de lo mismo, doblas y al Retiro, allí te esperamos.
No puedo evitarlo soy un sentimental, pero el año de la foto esa maratón sin hacer una gran marca fue muy especial, gracias inmensas a mi amigo Pedro Esquinas que fue conmigo toda la carrera, acompañándome, marcando un ritmo constante, y a mi hijo que nos esperaba en el Km 30 y nos acompañó hasta la meta los 12 últimos km., lo lleve (creo yo) relativamente bien, intentando centrarme en la carrera aunque el coco se me iba para otros sitios, pero al llegar al Retiro no pude contenerme, rompí a llorar como un niño, de ahí la cara de “higo pocho” que tengo en la foto, ya me hubiese gustado poner otra, pero fue imposible.
Y esta es más o menos la explicación de mi cara (aparte de lo poco agraciada) en la foto de mi blog.
Por supuesto estas letras van dedicadas a el, mí más fiel seguidor, al que nunca pude dedicarle esas “menos de tres horas”, lo siento papa, mis piernas no han valido para tanto.